San Pedro Sula.- El obispo de la Diócesis de San Pedro Sula, monseñor Ángel Garachana Pérez, en su mensaje de la Semana Mayor, señaló que “la Semana Santa, es un tiempo extraordinario para contemplar, agradecer y acoger el amor de Jesucristo en cada uno de nosotros, llevándolo a la plenitud en los acontecimientos últimos de su vida, en su pasión, muerte y resurrección”.
Añadió que Honduras necesita volver los ojos y el corazón a Jesucristo, levantado en la cruz y glorificado por el Padre, por ser reconciliada, pacificada, justificada y sanada para avanzar decididamente por los caminos del amor que acoge, comprende, dialoga, busca el bien de los demás, respeta y promueve el valor sagrado de la vida humana.
Enfatizó que en país hay mucho sufrimiento “por eso necesita mucho amor para sobrellevarlo, acompañarlo, remediarlo y darle sentido a la cruz de Jesucristo”.
Recordó que la próxima semana, debe de ser para estar en familia y reconciliarse. También para permanecer más cerca de los que están lejanos; “esta época es para que se unan más estrechamente”.
Pidió que “en estos feriados de vacaciones no se viva un tiempo de desorden para hacer daño a su propio cuerpo con un comportamiento indigno. La bebida para nadie es buena, manejar a lo loco y haciendo daño a otras personas no sirve para nada”.
De la misma manera dijo “reconocemos que la violencia no es la solución para nuestro mundo fragmentado ni para nuestra Honduras, desigual, corroída por la corrupción y aplastada por los intereses mortíferos”.
SOCIEDAD POLARIZADA
En relación a la polarización de la sociedad hondureña manifestó Monseñor Garachana, “vemos al otro como enemigo, como contrincante, como adversario porque no piensan como yo, en materia religiosa, sobre todo en materia política en lo social, porque tienen diversas opciones lo vemos como enemigo; y desde ahí surge el recelo la sospecha, la falta de confianza, incluso la falta de dialogo, hasta el rechazo y el odio”.
Agregó que “esos divide a la sociedad, como dijo Jesús un país dividido va a la ruina, nosotros en Honduras si no buscamos aquello que nos une, sino buscamos el dialogo, el perdón, la reconciliación, la justicia social estamos yendo a la ruina”.
“Si seguimos en la corrupción y la mentira vamos a la ruina, por tanto necesitamos urgentemente aptitudes de reconciliación, de paz, de justicia social de verdad contra la corrupción para que Honduras tenga un desarrollo integral, un desarrollo que beneficie a todas las personas” enfatizó el obispo de la Diócesis de San Pedro Sula.
SIGNIFICADO DE LA SEMANA SANTA
Explicó que en el Domingo de Ramos “proclamamos el señorío de Jesucristo levantado en la cruz y glorificado por el Padre, para ser reconciliada, pacificada, justificada y sanada, para avanzar decididamente por los cambios del amor que acoge, comprende, dialoga y busca el bien de los demás”.
Asimismo, “el Jueves Santo nos sentamos como hermanos en la mesa del Señor para recibir su ultima cena y escuchar estremecidos y admirados; lo he amado hasta el extremo, tengan y coman, este es mi cuerpo entregado, esto es el signo de mi amor entregado sin medida”.
En el Viernes Santo, “la mirada, los pensamientos y el corazón están fijos en la cruz del Señor; cruz que nos atrae, porque en ella contemplamos como Él nos ha amado que hasta su vida entregó”.
Agregó que “es por eso que, si analizamos la cruz del Señor, descubrimos también las cruces que nosotros llevamos, la propia cruz y la de los hermanos. Comprendemos que no hay amor sin dolor y que no hay dolor que tenga sentido sin amor”.
El Sábado de Gloria, “se recuerda el día que pasó entre la muerte y la resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza, pues no tenemos a Jesús entre nosotros”.
En esta celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal de la resurrección de Cristo; la gran fiesta de los católicos.
Domingo de Resurrección, “es el día más importante y más alegre para todos nosotros los católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos”.
Combinen la diversión con la espiritualidad, hay que vacacionar con mucha responsabilidad y donde quiera que andemos, recordemos que Jesús vive, a donde vayan siempre habrá una iglesia para congregarse.