viernes, noviembre 22, 2024

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Nicaragua puede desencadenar una carrera armamentista con nuevo equipo

Las autoridades de la Secretaría de Defensa y las Fuerzas Armadas (FF AA) no ven como una amenaza latente el plan armamentista que está siguiendo Nicaragua, mediante el acuerdo de “cooperación técnico militar” con Rusia.

El diario capitalino LA TRIBUNA indagó ayer “off the record” a altos funcionarios del gobierno, quienes aseguraron que “no existe un ambiente de guerra entre Honduras y Nicaragua, ya que en este momento las relaciones son excelentes”.

Analistas y expertos en asuntos militares consideran que las autoridades le están prestando poco interés al desbalance militar que se está generando en la región centroamericana, ya que las Fuerzas Armadas de Nicaragua están adquiriendo equipo de nueva generación, en comparación con el que tienen sus países vecinos.

El equipo comprende una flota de aviones de adiestramiento y combate Yak-130, 50 tanques T-72B1, como parte de un proceso de equipamiento que se reactivó en el 2009, con la entrega de dos helicópteros Mi-17-V-5, 12 cañones antiaéreos Zu-23-2 y vehículos blindados GAZ-2330 “Tigr”, entre otros.

Una de las fuentes aseguró que ayer tenían prevista una reunión con el Presidente, Juan Orlando Hernández; las autoridades de Defensa, la Junta de Comandantes de las FF AA y la Secretaría de Relaciones Exteriores (Cancillería), para hacer el planteamiento oficial.

APROVECHAN

Para las autoridades hondureñas, “repotenciar las Fuerzas Armadas es una potestad soberana de cada país y Nicaragua está aprovechando el apoyo que les está brindando su aliado por medio de la cooperación bilateral”.

info-tanqueOtro alto jefe militar que pidió el anonimato, coincidió que “tenemos muy buenas relaciones con nuestros hermanos de Nicaragua, no hay ninguna tensión y tienen el derecho de equiparse”.

“Si nuestro aliado (Estados Unidos), nos ayudaría con equipo para las Fuerzas Armadas, nosotros también lo agarraríamos, eso está haciendo Nicaragua con Rusia”, indicó la fuente.

De su lado, el analista en materia de seguridad, Raúl Pineda Alvarado, consideró que el equipamiento bélico de Nicaragua es un acto de potencial agresión para sus vecinos, como Honduras y Costa Rica y una fuente generadora de desequilibrio en cuanto al nivel de armamentismo que deben mantener los países del área.

Lo más crítico es la millonaria inversión que se está haciendo. “Es una ofensa para un país que junto a Honduras, están entre los más pobres de América, comprar 50 tanques que representaron en su momento el símbolo del poderío ruso, resulta ofensivo en países que tienen el ingreso per cápita más bajo de Latinoamérica”, contrastó.

DESCONFIANZA

Pineda Alvarado analizó que la situación genera un ambiente de desconfianza, particularmente frente a Costa Rica, con quienes tienen un conflicto limítrofe por razones del río San Juan, pero también hay problemas con Honduras y Colombia, en el orden marítimo.

Señaló que, “resulta ciertamente la reafirmación que el gobierno de Nicaragua, al igual que el de Cuba, son estructuras militares entronizadas en el poder que no se han sintonizado con las nuevas realidades del siglo XXI”.

“Los pocos recursos de nuestras empobrecidas sociedades deben dedicarse a construir un proyecto de vida y no al fortalecimiento de un proyecto de muerte como la compra de arsenales”, precisó. Sobre si existe un interés de Rusia, al apoyar con equipo a Nicaragua, consideró que sin duda en un mundo globalizado, las potencias quieren ejercer mayor influencia geopolítica en distintas áreas del continente.

El objetivo “no es por el interés mismo que representan los países, sino como actos de provocación en lo que se llama el patio trasero de los norteamericanos y surge el triángulo del conflicto, donde figuran Estados Unidos, China y Rusia”.

Explicó que China Popular es parte del conflicto de potencias por el aspecto comercial y Rusia en el orden de la influencia político-militar y por eso, para los proyectos de integración y unidad centroamericana, ese armamento resulta una amenaza que genera olas, porque los otros sectores radicales van a clamar por compensar el desbalance que se genera, es decir generar una carrera armamentista.

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