En un discurso en junio de 2008, en la última fase de la campaña por la nominación demócrata para las elecciones presidenciales estadounidenses, Hillary Clinton se comprometió a hacer todo lo posible para llevar a Barack Obama a la Casa Blanca.
El martes, el mandatario le devolverá el favor. Tras meses de espera, mientras su ex secretaria de Estado luchaba contra el senador Bernie Sanders para ser la abanderada demócrata en los comicios de este año, el presidente hará campaña este martes, en lo que es probable que sea el primero de muchos viajes para instar a los votantes a que opten por Clinton para sucederlo.
Obama dio su apoyo a Clinton el mes pasado en un video en el que afirmó que nadie estaba tan calificada para el cargo.
“Estoy con ella. Estoy entusiasmado y no puedo esperar a estar allí y hacer campaña por Hillary”, agregó. La campaña de Obama comienza en Carolina del Norte, un estado que el presidente ganó en las elecciones generales de 2008, pero perdió por estrecho margen en 2012.
Clinton quiere recuperarlo para los demócratas en 2016.
La primera aparición de campaña de Obama con la ex primera dama cerrará el ciclo de una relación que comenzó cordialmente mientras eran compañeros en el Senado, se tensó cuando fueron rivales en las primarias demócratas el 2008 y se convirtió en estrecha como socios del primer Gobierno del actual mandatario, cuando Clinton se desempeñó como su principal diplomática.
“(Él) ha desarrollado un profundo aprecio por su dureza en momentos complicados y su compromiso con un conjunto de valores que el presidente comparte (…) Esos valores son principalmente la razón por la que el presidente cree que ella es la mejor persona para sucederlo”, dijo la semana pasada el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Obama está destacando la fortaleza de carácter de Clinton buscando reforzar el apoyo entre los votantes que la encuentran poco fiable, una debilidad que el más probable candidato presidencial republicano, el magnate inmobiliario Donald Trump, ha tratado de explotar.
Clinton también necesita a Obama para atraer a los votantes jóvenes y de izquierda que apoyaron a Sanders y que fueron muy importantes en su campaña presidencial en 2008 y 2012.
Obama, por su parte, necesita una victoria de Clinton el 8 de noviembre para preservar su legado en una gama de temas, incluyendo salud, cambio climático e inmigración.