Paquita la del Barrio no se queja de su suerte, a pesar de los tragos amargos por los que ha pasado en sus 70 años de vida y de las muchas lágrimas que ha dejado en el camino.
“Yo creo que nada se disfruta si no sufre uno un poco en la vida. Las cosas no llegan nada más por llegar, las cosas llegan porque usted se lo gana, porque usted se lo merece, porque ha batallado en la vida”, sentencia la cantante en una conversación vía telefónica a propósito de su próxima visita a Los Ángeles. “Y pues yo pasé por muchos problemas, muchas lágrimas, mucho sufrimiento”.
A cualquiera que conozca un poco la vida de esta cantante mexicana le consta. Paquita ha hablado, siempre entre mares de llanto, de lo mal que la trataron los hombres, de las traiciones que le hicieron, de lo infeliz que fue con sus parejas.
Pero la vida, o Dios, como ella dice, la ha compensado con creces. Es una próspera empresaria, viaja por el mundo y la gente la quiere mucho.
Sin embargo, andar del tingo al tango ya la cansa mucho. El día de la entrevista dijo que le estaban dando un masaje para “acomodarle” los nervios, y es por eso que ya estaba pensando en dejar de hacer giras.
“Ahorita todavía no, pero yo pienso que no falta mucho para mi retiro porque pienso abrir mi negocio y estacionarme ahí”, dijo.
Paquita se refiere a la que fue alguna vez la fonda –de su propiedad–, en la que se dio a conocer en Ciudad de México y que ahora reabrirá convertida en un restaurante. Ahí es donde piensa seguir cantando, y también prestar el escenario a otros intérpretes.
Después de todo, tiene mucho más de lo que algún día se imaginó.
“Yo me siento muy a gusto, yo estoy muy conforme. Dios ha sido muy bondadoso conmigo, todo lo que le he pedido me lo ha dado […] No puedo pedirle ni exigirle más”, dijo.
Además de la prosperidad, Paquita tiene la suerte de no tener competencia en su carrera. No hay nadie que se le parezca, nadie que le haga sombra. Y los cantantes de su generación o “se han ido muriendo o se han ido quedando en su casa, como Don Vicente [Fernández]”.
De volver a cantar en su restaurante de manera fija, Paquita regresaría al origen de su carrera, cuando fue su propia fama la que la sacó de ahí para llevarla por el mundo.
Pero como ella misma dice, “a ver qué pasa”.
