San Pedro Sula.- Aunque ambos vivían en esta ciudad, Percy y Antoaneth se conocieron en universidad, mientras cada uno estudiaba su carrera. Desde ese momento, los jóvenes se hicieron inseparables. Después de compartir un sinfín de momentos juntos, la pareja de enamorados decidió dar el gran paso: vivir su romántico “sí, quiero”.
Percy y Antoaneth disfrutaron cada día de su relación durante 12 años de tórrido romance sin pensar en un “¿y si nos casamos?”. No obstante, el día tenía que llegar… Y resultó ser toda una sorpresa para la novia. Sin apenas imaginarlo, él le pidió matrimonio durante un viaje a París, en uno de los escenarios más románticos del viejo continente: La Torre Eiffel. El joven sacó el anillo y formuló la clásica pregunta. Ella no solo exclamó un gran “¡sí!”, sino que también decidieron que justo 6 meses más tarde sería la boda.
Soñaban con darse el “sí, quiero” en un enlace alejado de convencionalismos, donde su personalidad marcara una huella distintiva y única. Por esta razón, se pusieron manos a la obra y comenzaron a organizar el que se convertiría en uno de los días más bonitos en su historia de amor.
Durante la ceremonia religiosa en La Parroquia La Santa Cruz de la Colonia Tara y la fiesta postboda que tuvo lugar en los salones San Pedro del Hotel y Club Copantl, los novios brillaron por completo. Después de mucho buscar, la novia escogió un precioso vestido de corte asirenado y él, un traje clásico en color azul que contrastaba genialmente con su corbata roja.
En el primer baile como esposos, ambos conquistaron la pista por completo. Cuidando al detalle la selección musical, los dos bailaron juntos la primera pieza y, de forma progresiva, fueron sacando a sus más cercanos a bailar. Ambos compartieron su felicidad con Andrés Enrique, su pequeño bebé…fruto de un amor profundo e incomparable.
El broche de oro a esta mágica fiesta nupcial lo hizo el equipo de Farah La Revista, que junto a las imágenes de apoyo de René Matute, logró un reportaje gráfico absolutamente brillante que supo reflejar a la perfección la gran noche vivida por todos… Un enlace convertido en una auténtica celebración verdaderamente inolvidable.
Por: Dayana Ortiz
Fotografías: René Matute y Samuel Romero