Un felino espacial que ayudó a allanar el camino para que los humanos viajasen al espacio –como la perra Laika– ha pasado desapercibido, y una campaña de Kickstarter intenta cambiar eso.
El 18 de octubre de 1963, Francia convirtió a una gata llamado Félicette en el primer y único felino en viajar al espacio. Se lanzó sobre un cohete Véronique AG1 y voló cerca de 157 kilómetros sobre la Tierra, donde experimentó brevemente la ingravidez. Su cohete se elevó hasta seis veces la velocidad del sonido y la expuso a 9.5 G de fuerza. Quince minutos más tarde, regresó a la Tierra de forma segura, lanzándose en paracaídas en su pequeña cápsula espacial, sana y salva.
Y así, un gato sacado de las calles de París se convirtió en el único gato espacial. Desafortunadamente para Félicette, su legado ha sido eclipsado por muchos perros, monos y chimpancés que volaron al espacio en la década de 1960. “En los últimos 54 años, la historia de la primera y única gata en ir al espacio ha sido olvidada en gran parte. Ella merece un memorial apropiado”, dice la página de Kickstarter.
Ahora se puede ayudar a inmortalizar a este gato contribuyendo a un fondo para construir una brillante estatua de bronce de Félicette en su ciudad natal de París. Las donaciones están abiertas hasta el 17 de noviembre.
Dependiendo de cuánto se esté dispuesto a donar, las recompensas incluyen postales “autografiadas” (con la huella real de Félicette), insignias de pasadores de esmalte, bolsas de tela y fotografías impresas de Félicette. Los donantes más generosos tendrán sus nombres incluidos en una placa junto a la estatua y se les dará una pequeña réplica de la estatua.
El primer chimpancé en el espacio está enterrado en el Salón de la Fama del Espacio Internacional. El primer perro en el espacio está inmortalizado en bronce. El primer gato no tiene nada”, dice un narrador anónimo en el video de la campaña Kickstarter. Félicette puede haber salido en los titulares que siempre pueden ubicarse en los archivos de periódicos antiguos, pero hasta el momento, no hay un monumento permanente para este gato cósmico.
Félicette fue uno de los 14 gatos seleccionados por el programa espacial francés para someterse a un entrenamiento de vuelo espacial. Su participación en la carrera espacial ciertamente no fue voluntaria, pero fue un gran hito para Francia, que acababa de establecer la tercera agencia espacial civil del mundo (después de los EE. UU. Y la Unión Soviética). La misión de Félicette ayudó a Francia a participar en la carrera espacial.
El entrenamiento involucró el mismo tipo de centrifugadora en el que los astronautas humanos se sientan durante su entrenamiento de verificación previa. Los gatos también tenían electrodos implantados en sus cerebros para que los científicos pudieran controlar su actividad neurológica.
Al final, fue Félicette quien fue elegida para la misión, debido a su disposición tranquila”, dice el video, “aunque algunos informes dicen que fue porque todos los otros gatos habían engordado demasiado”.