Scarlett Johansson eligió un atuendo con apliques florales y silueta clásica para la gala del MET que se llevó a cabo el lunes por la noche en Nueva York. Pero no fue un vestido más. Con su elección, la actriz de Hollywood envió un fuerte mensaje de apoyo a una mujer.
El diseño era parte de la última colección de Marchesa, firma de Georgina Chapman, quien fue una de las favoritas de las actrices al momento de deslumbrar en las alfombras rojas, pero el escándalo sexual que protagonizó su ahora ex marido, Harvey Wenstein, la mantuvo fuera de los flashes.
La boutique en la favorita de referentes como Eva Longoria, Rihanna, Heidi Klum, Chrissy Teigen y Blake Lively. Sin embargo, el escándalo entorno al centenar de denuncias de abusos y acosos sexuales entorno a poderoso productor impactó de manera directa sobre la firma co -fundada por Chapman.
El éxito movimiento #MeToo no sólo hizo caer a Weinstein, sino también la de Chapman, como supuesta cómplice necesaria de los oscuros comportamientos de su marido.
Tras conocerse los cientos de casos de agresión y abuso por parte del empresario, las actrices no volvieron a vestir una prenda de la marca. Muchas actrices además indicaron que Weinsten las obligó, amenazando sus contratos, a llevar vestidos de la firma a eventos públicos. La muestra de que el boicot se había hecho efectivo fueron las alfombras rojas de los Globos de Oro y de los Oscar. }
Johansson vestida de Marchesa es, tal vez, la redención de Chapman. Atreverse a lucir este vestido, en este momento, fue una arriesgada decidión por parte de la intérprete.