En el palacio de Planalto, en la ciudad de Brasilia, y acompañada de sus funcionarios más cercanos, la ahora suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, entregó una declaración sobre el juicio político que enfrentará por presunta corrupción en el maquillaje de las finanzas de su país.
Durante un poco más de 10 minutos, Rousseff calificó el proceso, avalado en la madrugada por el Senado con 55 votos a favor, como un “juicio político fraudulento” y como un “verdadero golpe”.
“Jamás voy a rendirme de luchar”, dijo y pidió a sus seguidores mantenerse unidos. La mandataria también anunció que hará todo lo posible para terminar su mandato (que va hasta el 31 diciembre del 2018), para lo cual fue elegida por 54 millones de brasileros. Dilma insistió en que no cometió un delito, ni crimen, y que el proceso es una “farsa política y judicial”.
“Este no es juicio político, es un golpe. No cometí un crimen de responsabilidad, no es una razón de juicio político. Nunca recibí propinas, jamás compartí con la corrupción (…). Este es un proceso frágil, jurídicamente débil”, mencionó Rousseff. Igualmente, indicó que una de las mayores “brutalidades que se puede cometer contra un ser un humano” es “castigarlo por un crimen que no cometió”.
Y Agregó: “Pude haber cometido errores, pero no un crimen. Estoy siendo juzgada injustamente”. Rousseff también criticó los cargos por los que es procesada, pues, aseguró, no son considerados delitos ni tienen la fuerza para suspender un mandato.
“Me acusan de seis decretos, de haber cometido un crimen contra la ley (…). Nada determiné sobre eso, porque la ley no exige mi participación”, dijo. También dijo que jamás una “democracia podrá ser interrumpida por actos de la administración”. “Brasil no puede ser el primero en esto”.
Por eso, señaló que lo que busca la oposición, presuntamente, es afectar su plan de gobierno: “El golpe no es destituirme, ¿por qué destituir a la Presidenta elegida por el voto de millones de personas? (…). Quieren impedir la ejecución del programa que fue escogido por 54 millones de brasileños”.
Del mismo modo, insistió en que su Gobierno no “cometió ningún acto represivo”: “Me acusan de atrasar los pagos y todo es falso (…). Actos idénticos han hecho otras presidentes y no eran un crimen en ese momento y no lo es ahora”, agregó.
Al finalizar, Rousseff manifestó: “Nunca imaginé que sería necesario luchar de nuevo por gobernar nuestro país”, y así mismo anunció que luchará “con todos los instrumentos legales para ejercer” su mandato.
“Estoy segura de que nuestra población sabrá decir no al golpe. La lucha por la democracia no tiene fecha para finalizar, es una lucha permanente que nace de nuestra dedicación constante. Es una lucha en la que vamos a vencer”, aseguró. A la salida del palacio de Planalto, la mandataria se refirió a cientos de personas que esperaban afuera y reiteró que es “víctima de una injusticia”.
Al mismo tiempo en que Dilma Rousseff daba sus declaraciones sobre el inicio de su juicio político, el vicepresidente Michel Temer firmaba la notificación que lo posesiona como el presidente interino del gigante suramericano. En su cuenta de Twitter, Temer publicó varias fotos.
(AI) Michel Temer recebe notificação de posse como presidente interino encaminhada pelo Senado. pic.twitter.com/Eh7BOYNMq0
— Michel Temer (@MichelTemer) 12 de mayo de 2016