Los duques de Sussex ya no podrían costearse la vida de excesos ilimitados a los que estaban acostumbrados cuando pertenecían a la monarquía británica.
Tal parece que los planes no resultaron como ellos lo esperaban y ahora su radical decisión les estaría pasando una alta factura.
El príncipe Harry y su esposa Meghan Markle estarían atravesando serios problemas financieros. De acuerdo con una fuente que habló con el medio británico “Star” el fracaso en sus proyectos laborales aunado a los gastos excesivos los habrían llevado a esta precaria situación.
“Ellos esperaban hacer millones al año. Proyectos en los que han trabajado fueron cancelados o suspendidos a raíz de la pandemia”, aseguró al fuente y agregó que “hay una gran brecha entre sus ingresos y sus gastos”.
La situación sería tan seria que los duques de Sussex ya estarían planeando vender su mansión de $14,7 millones que cuenta con nueve habitaciones y está ubicada en el exclusivo vecindario de Montecito, California, todo esto después de a ver vivido ahí tan solo 18 meses. “Van camino a la quiebra”, añadió el informante.
Por si esto fuera poco, Harry aún tiene que lidiar con la decisión de su padre el príncipe Carlos de retirarle el respaldo financiero que solventaba la protección de su hijo y de su familia. Se estima que gastan cerca de USD 3 millones anuales en seguridad.
No le gusta la vida de plebeyo. Y en una de las más claras pruebas es la última rabieta que ha hecho el hijo menor de la fallecida princesa Diana. Todo se debe a uno de los beneficios que perdió cuando le dio la espalda a la monarquía británica.
El príncipe Enrique ha dejadp en claro que no pretende renunciar a ese beneficio por lo que ha tomado acciones legales contra la decisión del Gobierno británico de retirarle la protección policial cuando está en el Reino Unido y de no permitirle pagar personalmente por ella.
Según un representante legal de Enrique, citado por el diario “Daily Telegraph”, el duque de Sussex -nieto de la reina Isabel II- no se siente seguro en el Reino Unido y por tanto “no puede volver a su hogar” con su mujer Meghan y sus hijos Archie y Lilibet.
En verano del año pasado, el coche en que viajaba el príncipe fue perseguido por fotógrafos cuando salía de un evento de una ONG.
A los duques de Sussex se les retiró la escolta policial de la que gozaban en el país durante las 24 horas del día hace dos años, cuando renunciaron a sus obligaciones reales y a la financiación pública.
Por ello, Enrique propuso al Gobierno británico costear él mismo de su bolsillo esa protección por la policía, algo a lo que el Ministerio del Interior se ha negado.
En su acción judicial, el duque de Sussex arguye que su equipo de protección privada en Estados Unidos carece de “jurisdicción” en el extranjero ni tampoco puede acceder a la información de inteligencia necesaria para ello.
“El Reino Unido siempre será el hogar del príncipe Harry y un país en el que quiere que su mujer y sus hijos se sientan seguros. Con la falta de protección policial, existe un riesgo demasiado grande”, explicó su representante legal.
A juicio de su abogado, el equipo de seguridad de los duques de Sussex en EE.UU. “no puede reproducir la necesaria protección policial que se necesita mientras están en el Reino Unido”.
El príncipe Enrique -afincado junto a su familia en California desde 2020- siempre se ha mostrado en sus declaraciones públicas muy preocupado por el riesgo que sufre su familia en el Reino Unido y acusa directamente a la persecución de la prensa de haber propiciado los problemas que sufrió su difunta madre, Diana de Gales.