En el año 1956 el gigante norteamericano General Motors, una de las empresas más grandes del mundo, emitió un anuncio en televisión sobre cómo serían los coches en el año 1976. Para esa fecha, la firma de Detroit situaba a una típica familia americana viajando en futuristas vehículos en los que, en un momento dado, el conductor encendía el piloto automático y se recostaba, puro en ristre, mientras el resto de la familia se tomaba un café recién hecho. En 2016 la profecía de General Motors no se ha cumplido, pero no anda demasiado lejos.
En un futuro muy cercano los coches sin conductor serán una realidad. La carrera para poner el primer automóvil autónomo en la carretera está siendo encarnizada, con casi tres decenas de las mayores empresas del mundo sumergidas en el desarrollo de esta nueva tecnología, a la que están dedicando grandes recursos tanto económicos como de personal.
Una de las más avanzadas es Google, como no podía ser de otra manera. El gigante tecnológico sacó a John Krafcik de Hyundai para colocarlo al frente del Project X, un programa que prevé vender vehículos sin conductor, no se sabe si fabricado por el propio Google, en el año 2020. Uno de sus grandes rivales, en este caso Apple, también se ha fijado ese mismo ejercicio como límite para desarrollar el programa Titán. La firma de Cupertino está probando sus prototipos en una antigua base militar y ya tiene permiso del estado de California para realizar pruebas en la calle, según CB Insights.
Por supuesto, los sospechosos habituales del sector automovilístico también están manos a la obra. La alemana Audi ya tiene tres prototipos, que responden a los nombres de Bobby, Robby y Jack, y tiene como objetivo desarrollar la tecnología en el modelo A8. De momento, Jack, prototipo del A7, ya ha recorrido los 800 kilómetros que separan Silicon Valley de Las Vegas.
Las marcas americanas, por aquello de jugar en casa, tampoco se van a dejar comer el terreno. Ford ya tiene un equipo de ingenieros trabajando en un proyecto para coches autónomos en Silicon Valley, mientras que General Motors está tirando de Chevrolet y una asociación con el fabricante chino Saic Motors para lanzar su vehículo en 2030. Según CB Insights, Chevrolet podría ser el fabricante que vistiera la tecnología desarrollada por Google.
Otras como Mercedes, Renault y Nissan también han arrancado proyectos, aunque con diferentes enfoques. La alemana espera tener listo su modelo F 015 en 15 años, mientras que las dos últimas unirán fuerzas gracias a su alianza estratégica. Según su CEO, Carlos Ghosn, la versión del prototipo para autopistas podría estar listo y funcionando en el año 2018 con al apoyo de instituciones como la Universidad de Oxford, la de Stanford o el MIT.
Para el desarrollo de la tecnología ha entrado en escena un sorprendente actor: Nokia. La firma finlandensa ha desarrollado un software de mapas por el que las firmas alemanas Audi, BMW y Daimler, sumando sus fuerzas y sus ahorros, han pagado 2.700 millones de dólares, casi 2.500 millones de euros. Además de esta operación, BWM tiene en marcha un acuerdo desde 2014 con la china Baidu, que también desarrolla mapas, para superar a Google y alcanzar antes que el gigante de internet el ansiado Nirvana, según recoge The Guardian.
Otro que no se iba a quedar sin invitación a la fiesta es Elon Musk, que no se pierde una. El exitoso empresario, propietario del fabricante de vehículos eléctricos Tesla, planea la transición desde una función de piloto automático hasta el sin piloto en unos cinco o seis años.
La batalla por el futuro de la conducción lleva tiempo en marcha y nadie quiere quedarse sin su parte del sustancioso pastel. En un futuro cercano podremos tomarnos un café mientras conducimos. Como en el anuncio.