San Pedro Sula.- El tiempo forjó su relación y fue entonces cuando ambos comenzaron a hablar de dar un paso más: casarse. Constantino y Rebecca se dieron el “Sí, quiero” en una preciosa boda que aconteció en la Iglesia Nuestra Señora de Suyapa, el lugar escogido para que el padre Fernando Ibañez los declarara unidos en matrimonio religioso.
Alexandra Lockmer se encargó de cubrir el exclusivo escenario del Club Hondureño Árabe con la esencia más característica de los colosales jardines de la Europa medieval, donde los colores otoñales parecían complementar el manto de inspiración ecléctica en cada rincón del lugar. Alfombras persas y mandalas sobre la pista de baile y background, aportaron misticismo a la puesta en escena que armonizó el rojo, azul intenso y verde musgo en espacios de genialidad individual de un diseño perfecto y único.
Con la apuesta floral de Jackie Cabrera, se acentuó el color bronce en una paleta poco usual, pero de exquisita sensibilidad, fusionando en el montaje elementos de apariencia antigua que ensamblaron a la perfección con los tonos crudos del mobiliario. En definitiva, la brillante originalidad despuntó fascinando a todos, emulando un paseo por el jardín de la antigua Europa, bajo la representación más fiel de los detalles de aquella época.
Al finalizar el protocolo y bajo la mágica luz de los salones Palestina, tanto los novios como sus invitados saborearon un aperitivo y el banquete, disfrutando a continuación de la celebración postboda. En cuanto al look nupcial, ambos lucieron radiantes. Ella, enfundada en un diseño de impecable blanco y espectacular caída que supo conjuntar con su velo catedral roseado entre apliques de flores; y él, mostrándose tal cual caballero en un smoking oscuro y su incomparable sonrisa de novio enamorado.
Y así, se vivió el enlace de Constantino Barletta Kivett y Rebecca Bendeck Siercke, en un lugar idílico en el que tantas veces los novios habían soñado con su “sí, quiero” y donde se compartió el amor más auténtico. Por su parte, el equipo de Farah La Revista tuvo el placer de presenciar una boda única, y de retratar en sus bellas fotografías la excepcionalidad que adquirió cada instante en el mágico entorno que permitió el recuerdo más nítido de la felicidad plasmado en este reportaje nupcial.