Nueva York, Estados Unidos.- “La decisión está tomada y no se retrocederá ni un tan solo milímetro” en las drásticas medidas de aislamiento para reos de alta peligrosidad.
Lo anterior ha sido expresado por el presidente Juan Orlando Hernández, quien ya se encuentra en la ciudad de Nueva York (Estados Unidos), para participar en la 71° Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El gobernante aprovechará el foro para manifestar al mundo la batalla que libra Honduras contra el tráfico internacional de drogas, la extorsión de maras y pandillas, la corrupción policial y la violencia generada por estos grupos criminales.
A 24 horas de haberse aplicado la medida de aislamiento, Hernández reiteró que los primeros 37 reos trasladados a El Pozo, en el penal de Santa Bárbara, ya se han dado cuenta que se enfrentaron y desafiaron a un Gobierno valiente, que tiene la determinación de devolverle a Honduras la paz y la tranquilidad “cueste lo que cueste”.
Ante la reacción de algunos grupos de derechos humanos, que ya han comenzado a cuestionar la medida, Hernández dijo que Honduras tiene derecho a vivir en paz y el Gobierno, en apego a los manuales de procedimiento de las Naciones Unidas para el tratamiento de reos peligrosos, tomará todas las medidas que sean necesarias para que estos cabecillas no sigan ordenando crímenes desde los centros penales.
Los informes de seguridad establecen que más del 80 por ciento de los homicidios múltiples, atentados y actos de terror fueron ordenados por reos desde los centros penales, usando como canal para enviar esas órdenes a sus amigos, parientes y parejas sentimentales que les visitaban.
Los cuerpos de seguridad determinaron que en las comunicaciones a las que tenían derecho desde las cabinas especiales y a través de las visitas, esos cabecillas enviaron mensajes codificados mediante los cuales ordenaban cometer los actos criminales.
“Se acabaron los privilegios que estos delincuentes seguían teniendo desde las cárceles. He ordenado su aislamiento en celdas para una sola persona, con acceso a la luz del sol solo por una hora; vamos a quitarles los anillos, las cadenas, vamos a mantener rapadas sus cabezas y no podrán tener más ropa que la anaranjada que los distingue como reos de alta peligrosidad”, dijo Hernández.
Además, de forma indefinida quedan suspendidas las visitas de amigos, parientes y visitas conyugales. Además, quedan suspendidas las comunicaciones telefónicas desde las cabinas especiales, indicó.
Resaltó que desde el inicio de su Gobierno prometió al pueblo hondureño impulsar una política de seguridad integral, siendo uno de sus principales componentes la reforma al sistema penitenciario de Honduras.
Como parte de esta reforma se ha impulsado la construcción de más centros penales, con “pozos” para el aislamiento de reos de alta peligrosidad.
“Desde el inicio de mi Gobierno dijimos que solo había dos caminos: el camino bueno, que era no delinquir, rehabilitarse, trabajar de forma honesta, y el camino malo, que era delinquir, ser capturado y pagar en prisión por sus delitos. Muchos, aun estando en prisión, decidieron seguir en el camino malo y ahora lo que les espera es el aislamiento; no vamos a retroceder ni un tan solo milímetro en estas medidas”, indicó el gobernante.
Hernández insistió en que los delincuentes y criminales serán capturados y pagarán sus delitos. “Se seguirán enfrentando a un Gobierno firme y a un pueblo que tiene la determinación de vivir en paz, cueste lo que cueste”.
Y finalmente confió en que esta sea una medida disuasiva, porque “cada reo que sea descubierto ordenando crímenes y extorsiones desde los demás centros penales, de inmediato serán tipificados de alta peligrosidad y remitidos al Pozo; si quieren seguir en ese camino malo, entonces vamos a retirar todos los privilegios que tienen aún en prisión”.
Cifras de interés
274 cabecillas
De grupos criminales han sido capturados en lo que va del actual Gobierno.
37 cabecillas
De alta peligrosidad han sido aislados en el nuevo centro penal de Santa Bárbara
12 narcotraficantes
Han sido extraditados y otros se entregaron voluntariamente a la justicia de otro país.