San Pedro Sula. – El retorno de migrantes no se detiene, como lo demuestra el hecho de que septiembre es el mes en que más compatriotas se han recibido el presente año en el Centro de Atención al Migrante Retornado Belén (CAMR Belén) de San Pedro Sula, informó este miércoles la directora de esa institución, Julia Medina.
La directora del CAMR Belén ha estimado que en las últimas semanas se está recibiendo un promedio semanal de 450 personas provenientes de Estados Unidos y México, por las vías aérea y terrestre.
“Hemos visto cómo en estos últimos meses ha aumentado el retorno de compatriotas al territorio nacional, y septiembre es el mes que más hondureños han retornado”, manifestó la directora del centro.
“Los lunes recibimos compatriotas de Estados Unidos, vía terrestre, y cuatro vuelos que vienen los demás días de la semana”, explicó Medina.
Las cifras van en alza
También, la directora del CAMR Belén apuntó que las cifras de retornados van en alza, por lo cual se espera que antes de que finalice el año se estaría superando el número de 2020.
“Asumimos que toda estas personas que están regresando en gran medida son de las que estaban en los albergues en Estados Unidos y ahora están llegando en gran cantidad al país porque no los están aceptando en dicho país”, explicó Medina.
“Como centro de atención en conjunto con el Gobierno central atendemos de manera inmediata a los migrantes retornados, a los cuales se les brinda atención integral y se les brindan opciones para ingresar a programas presidenciales de emprendimiento y capital semilla”, destacó la directora del centro Belén.
Todo es mentira
Mientras ingería sus alimentos en el CAMR Belén luego de haber sido retornada del país del norte, una compatriota que solo se identificó como Carmen dijo que “uno paga una fuerte cantidad de dinero al ‘coyote’ para que supuestamente lo pase sin sufrir nada y todo eso es mentira”.
“Lo que le venden a uno es una pesadilla, para nada el sueño americano”, señaló la migrante retornada.
“Este viaje solo es para personas adultas, un niño no lo soporta. Me tocó ver cómo menores sufren adentro de bodegas o les toca esperar en medio del desierto, que si el padre no va preparado el niño se le puede morir en los brazos porque uno no tiene nada y está en medio de la nada”, concluyó.