Un líder sindical advirtió que se terminó la “luna de miel” con el gobierno de Mauricio Macri en una jornada de tensión por el despido de empleados estatales y el anuncio de aumentos en los pasajes de transporte público que impactará en el bolsillo de los asalariados.
Se terminó la espera. Los trabajadores estuvimos esperando tres meses que bajen ganancias (impuesto que se descuenta a los salarios de los trabajadores que ganan más de 30 mil pesos, o 2 mil dólares), que baje la inflación, que le dé un aumento urgente a los jubilados y no hemos sido escuchados”, dijo a la prensa el secretario del gremio de camioneros, Pablo Moyano.
El gremialista es hijo de Hugo Moyano, líder de una de las cinco centrales sindicales argentinas y considerado el dirigente sindical más poderoso del país. Aunque de extracción peronista, los Moyano apoyaron la candidatura de Macri en las elecciones generales del año pasado contra el candidato de la entonces presidenta Cristina Fernández, una ex aliada con la que mantuvieron un duro enfrentamiento.
Los sindicalistas tomaron ahora distancia del nuevo gobierno en un contexto de inflación del 8.6 por ciento en los primeros meses del año, despidos en la administración pública y en el ámbito privado y aumentos de tarifas de servicios públicos, como electricidad, y de transporte de pasajeros. Moyano adelantó la voluntad de las distintas organizaciones gremiales de unificarse y “salir con todo a la calle, que es lo que están esperando los trabajadores”.
En tanto que afiliados a la Asociación de Trabajadores del estado (ATE) protagonizaron una ruidosa protesta en el ministerio de Economía por el despido de 100 empleados de esa dependencia al finalizar este jueves el plazo que el gobierno fijó para evaluar unos 20 mil contratos de la administración pública.
No hay cifras oficiales, pero organizaciones gremiales dijeron que 10 mil agentes públicos perdieron su empleo desde la asunción del nuevo gobierno el 10 de diciembre. El gobierno aduce que los recortes afectan a trabajadores estatales con militancia política en el kirchnerismo, a quienes las anteriores autoridades les renovaron el contrato poco antes de abandonar el poder. También apuntaron a los llamados “ñoquis”, empleados públicos que cobran un salario a fin de mes, pero no cumplen tareas.
Deploramos estos despidos, también que los funcionarios que tomaron esta decisión hayan mandado a otros trabajadores del ministerio a notificar a los compañeros que no podían ingresar”, explicó Pablo Almeida, delegado de ATE en el ministerio de Economía.
ATE denunció que la víspera 250 empleados del ministerio de Trabajo fueron cesanteados.
Son decenas las dependencias que están sufriendo el mismo ataque”, denunció el sindicalista y aclaró que los cesanteados de este jueves “no son ‘ñoquis’. Son trabajadores que vienen a trabajar todos los días, que pueden tener uno, dos o diez años de antigüedad. Pero todos con un denominador común: son trabajadores precarizados”, es decir, no han sido efectivizados en planta permanente.
La protesta de ATE en Economía obligó a suspender la conferencia de prensa que tenía prevista el ministro de Transporte Guillermo Dietrich para anunciar una suba del 100 por ciento en las tarifas mínimas de autobuses de corta distancia y de trenes. El pasaje de metro aumentará el 60 por ciento.
A ninguno de nosotros nos gusta anunciar una variación tarifaria, pero es nuestra responsabilidad hacer un servicio sustentable”, justificó Dietrich en rueda de prensa.
El anuncio representa un nuevo golpe al bolsillo de los trabajadores asalariados luego de los aumentos de entre 300 y mil por ciento en las tarifas de luz, gas y agua, que a su vez se trasladaron a los precios de alimentos.