Un bebé de seis semanas de nacido, fue bautizado en una pila llena de agua, desafortunadamente no soportó las prácticas religiosas y falleció.
En algunas religiones la práctica del bautizo consiste en que los curas sumergen por completo a los bebés dentro de pilas llenas de agua, en otras más solo consiste en mojar una parte de la cabeza del niño así que realmente nadie se hubiera imaginado que este acto pudiera ser fatal.
Los hechos ocurrieron en Moldovia, un sacerdote ortodoxo lo sumergió en tres ocasiones y a los 20 minutos el bebé comenzó a sangrar por la boca y la nariz.
De inmediato, sus padres lo llevaron a urgencias pero los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
La autopsia reveló que este falleció por ahogamiento, ya que el sacerdote no tapó su boca y nariz mientras lo sumergía en el agua, por lo que las autoridades ya iniciaron un proceso judicial en su contra.