viernes, noviembre 22, 2024

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The New York Times: Un informe revela nombres y hechos relacionados con asesinatos cometidos por la policía en Honduras

¿Que vínculos tiene la cúpula policial de Honduras con los asesinatos de los responsables de la lucha contra el narcotráfico, General Julián Arístides González y Alfredo Landaverde?

Según informes de la Inspectoría General de la Policía de Honduras a los que ha tenido acceso The New York Times, dos directores generales de la policía que dirigieron la institución entre 2010 y 2012, los generales José Luis Muñoz Licona y José Ricardo Ramírez del Cid, trabajaron para el cartel del Atlántico junto con más de dos docenas de oficiales de diversos rangos.

Un informe revela nombres y hechos relacionados con asesinatos cometidos por la policía en Honduras

Según los informes, los generales de la policia organizaron, ejecutaron y encubrieron el asesinato del General Julián Arístides González, zar antidrogas del país. Hicieron lo mismo con el político de la Democracia Cristiana Alfredo Landaverde, colaborador del General Arístides González, que había ejercido también como titular de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico en Honduras.

¿Cuáles fueron las maniobras de encubrimiento de los crímenes según el informe?

El Director General de la Policía Salomón Escoto Salinas supo de las actividades de sus compañeros, hasta el punto de prestarles su despacho para coordinar el asesinato del General Arístides González.

Los generales Juan Carlos Bonilla y Ramón Sabillón Pineda, que dirigieron la policía de Honduras entre 2012 y 2014, tuvieron copias de los informes de la inspectoría y no hicieron nada para llevar a los responsables ante la justicia.

Según los documentos internos, quien fuera ministro de seguridad en aquel momento, Pompeyo Bonilla, también supo y no actuó.

¿Cuál fue la participación de Estados Unidos en los procesos de depuración de la policía de Honduras?

El encubrimiento de los asesinatos tuvo lugar mientras Estados Unidos colaboraba económica y políticamente con la policía de Honduras financiando parte de sus actividades y un proceso de depuración que abandonó a mediados de 2013.

El fiscal general de Honduras, Mario Chinchilla, pidió ayuda a Estados Unidos en 2015 para resolver los asesinatos del General Arístides González y Landaverde. El Departamento de Estado confirmó a The New York Times que Estados Unidos envió asesores pero el caso no avanzó.

¿Qué puede pasar a partir de ahora?

La revelación de la responsabilidad de la cúpula policial hondureña en asesinatos de alto impacto sucede la misma semana que se ha instalado la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH).

Creada por la Organización de Estados Americanos con el permiso del gobierno, la misión busca responder a la presión ciudadana que durante meses el año pasado pidió en las calles que la comunidad internacional interviniera el sistema de justicia del país.

El director de la MACCIH, Juan Jiménez Mayor, exministro de justicia de Perú, ha dicho que serán ellos quienes elijan los casos a investigar y que la corrupción policial puede caer dentro del ámbito de competencia de la misión.

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