La amenaza de Donald Trump de renegociar el acuerdo global sobre el cambio climático si es elegido presidente de Estados Unidos generó consternación en el exterior el miércoles, y muchos expertos aseguraron que lo mejor es cumplir el acuerdo que busca poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles.
La insistencia de Estados Unidos en la renegociación podría hacer fracasar el compromiso alcanzado por 195 países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzado en París en diciembre tras tensas conversaciones entre naciones tan diferentes como China, Estados Unidos, pequeñas islas estado y miembros de la OPEP.
“El Acuerdo de París tiene tanto interés para Estados Unidos como para cualquier otro país”, dijo Tony de Brum, embajador para el cambio climático en las Islas Marshall, que ayudó a sellar el acuerdo de la ONU junto al ministro de Relaciones Exteriores de su país. “Intentar revertirlo no amenazaría solo a la economía de Estados Unidos, dañaría su medio ambiente y debilitaría su seguridad, sino que haría también un flaco servicio a toda la humanidad”, comentó.
Altos funcionarios gubernamentales se están reuniendo en Bonn entre el 16 y el 26 de mayo para hallar formas de implementar el pacto, que busca ralentizar un alza en las temperaturas al que se atribuyen inundaciones, tormentas más potentes, sequías y la subida del nivel del mar.
Naciones Unidas declinó hacer comentarios, pero Christiana Figueres, la jefa climática de la institución, dijo a Reuters el mes pasado que “parece impensable que, cualquiera sea el próximo color político en la Casa Blanca, no pueda ver los evidentes beneficios económicos y sociales” de reducir las emisiones cumpliendo el acuerdo.