El aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, se reunirá este jueves en Washington con los jefes de un partido que arrastra los pies para apoyarlo en las elecciones presidenciales de noviembre, tras unas primarias cuyas heridas siguen abiertas.
Trump no busca solamente conseguir una linda foto con ellos. Las divergencias son profundas y hay grandes desafíos financieros, pues el partido debe recaudar cientos de millones de dólares, y políticos, porque los republicanos temen perder su mayoría en el Congreso en noviembre.
Trump se reunirá también con Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, el órgano central del partido cuya sede, a dos cuadras del Capitolio, acogerá la reunión. Fatalista y disciplinado, él llamó a la unidad la semana pasada.
El aspirante presidencial verá igualmente al líder republicano del Senado, Mitch McConnell, al final de la mañana. “Tengo mucho respeto por Paul, tendremos una muy buena reunión”, dijo Trump el martes a la cadena Fox News, al destacar su legitimidad. “Lo importante es que nadie, en la historia del Partido Republicano, ha tenido más votos que yo en las primarias”.
Pero la reconciliación tomará tiempo, pues las divergencias son profundas. En diciembre, cuando Trump propuso cerrar las fronteras de Estados Unidos a los musulmanes, Ryan lo condenó enérgicamente.
“Eso no es el conservadurismo”, declaró. “Después de unas primarias muy difíciles que recién terminaron la semana pasada, pretender que estamos unidos sin estarlo verdaderamente nos conduciría a hacer una campaña a medias tintas” para las elecciones de noviembre, indicó Ryan el miércoles, al comprometerse a trabajar por la unidad. “Esta elección es muy importante para que vayamos a medias tintas”, agregó.