domingo, noviembre 24, 2024

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Un tercio de las mujeres japonesas sufre acoso sexual en el trabajo

En Japón, un estudio realizado por el Gobierno de la nación ha concluido que casi un tercio de las mujeres encuestadas ha sido objeto de acoso sexual en su centro laboral, como ser sometidas a contactos físicos no deseados o recibir comentarios degradantes.

El informe, elaborado por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar y presentado este martes, es el primero que se realiza en el país nipón sobre este tema, y sus resultados son todo un revés para los intentos de las autoridades por impulsar el papel de la mujer en los puestos de trabajo.

Para su elaboración, participaron unas 9.600 mujeres de entre 25 y 44 años que actualmente desempeñan un trabajo o que anteriormente estaban empleadas. De entre ellas, un 30% de las contratadas a tiempo parcial (la mayoría en el país) admitió haber sido víctima de acoso sexual en el trabajo, una cifra que se eleva al 35% en el caso de las trabajadoras a tiempo completo.

Según los datos registrados, un 54% de las mujeres acosadas aseguró que habían sido objeto de comentarios ofensivos acerca de su apariencia, edad y rasgos físicos, sobre todo por parte de sus compañeros masculinos, y un 27% dijo que habían sido invitadas repetidamente a mantener citas o asistir a “comidas” fuera del lugar de trabajo. En los casos más severos, un 40% de las víctimas afirmó que había sufrido tocamientos inapropiados y no deseados, mientras que un 17% reconoció que había sido “presionada para mantener relaciones sexuales”.

El estudio señala que en el 24% de las ocasiones, los responsables de estas acciones eran los jefes de las mujeres acosadas. Sin embargo, pese a la alta incidencia registrada, el informe reveló que existe una renuencia generalizada a presentar denuncias oficiales sobre estos ataques. Un 63% de las afectadas dijo que había guardado silencio con respecto a lo ocurrido, mientras que una de cada 10 de las que elevaron algún tipo de queja señaló que su interlocutor había mostrado indiferencia o incluso que había sido despedida.

Desde hace tiempo, las autoridades niponas están intentando mejorar la inserción de la mujer en el mercado laboral, especialmente en los cargos directivos. Por ello, el primer ministro, Shinzo Abe, estableció el ambicioso objetivo de que para 2020, el 30% de los puestos gubernamentales de alto rango estuvieran ocupados por mujeres, una cifra que ya se ve como inalcanzable (en la actualidad representan el 3,5%) y que en diciembre fue reducida al 7% por la Oficina de Igualdad de Género.

Por su parte, la meta en el sector privado es que las féminas gestionen a finales de esta década el 15% de esos puestos frente al 8% registrado hoy en día. Según el informe Grant Thornton International Business 2015, el promedio global se situa en el 22%.

Con este aumento de la fuerza laboral femenina, el programa de Abe también busca empujar al crecimiento económico del país, ya que los economistas han alertado de que, sin ellas, Japón se enfrenta a un declive económico propiciado por la caída de la población y la reducción de su mano de obra disponible. Pero datos como los de este estudio no ayudan a lograrlo, y se suman a otros que revelan una situación laboral complicada para la mujer japonesa. Es el caso de un informe publicado por el Ministerio de Salud en noviembre de 2014, el cual señalaba que casi la mitad de las mujeres que trabajan con contratos temporalessufre acoso después de quedarse embarazadas o dar a luz para abandonar su puesto de trabajo.

Pese a su apariencia moderna, la sociedad de Japón es descrita muchas veces como conservadora y machista, y presenta grandes lagunas en lo que a igualdad de género se refiere. Por ello, en el Foro Económico Mundial de 2015, el país nipón ocupó el puesto número 101 de las 145 naciones listadas en el índice que mide la “brecha de género”, para el que se tienen en cuenta indicadores económicos, educativos, políticos y de salud.

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