EEUU.- Gerontólogos de todo el mundo creen que este curioso animal podría tener la clave para que la humanidad le diga adiós a la vejez.
La rata topo desnuda parece un embutido, vive bajo tierra y por naturaleza no puede envejecer. Este roedor es capaz de vivir hasta 30 años.
Nuestra rata no tiene alas ni garras. Tampoco dispone de una concha ni un tamaño impresionante, pero logró encontrar una solución original que le proporcionara protección contra los depredadores y una larga vida: se escondió bajo tierra y construyó ciudades subterráneas enteras.
La característica principal de este roedor es una ausencia casi completa de envejecimiento en el sentido tradicional de la palabra.
Las ratas topo desnudas no llegan a la decadencia física, no sufren de aterosclerosis ni diabetes y mantienen su sistema inmunológico a pleno rendimiento. Además, sus funciones musculares y reproductivas permanecen intactas. Habitualmente, mueren por peleas o por un paro cardíaco.
La diferencia de longevidad entre la rata topo y otros roedores de su tamaño, como el ratón, es la misma que hay entre los humanos modernos y los profetas del Antiguo Testamento que, según la Biblia, vivían entre unos 900 y 1000 años.
Tras cruzar el umbral de los 50 o 60 años de edad, los humanos empiezan a sentirse mal y poco a poco pierden todas sus funciones.
En la mayoría de los animales se observan procesos similares asociados con el envejecimiento: se quedan calvos, pierden la visión y los dientes, sufren aterosclerosis y dolores en las articulaciones… Sin embargo, entre las muchas especies que envejecen, también hay algunas excepciones.
La longevidad de una especie se debe, básicamente, a la existencia de amenazas naturales que pongan en peligro su vida.
Los pequeños roedores se reproducen rápidamente y viven unos tres años y medio, mientras que las grandes ballenas pueden vivir hasta los 200 años, ya que no tienen enemigos naturales.
Su genoma es similar al del ratón y al de los humanos: el ADN de la rata topo comprende 22.561 genes, el del humano 22.389 y el del ratón 23.317. Un 93% de estos genes es idéntico.
Aparte de esta semejanza numérica, la calidad de los genes de esta rata es ‘superior’. El genoma de la rata topo desnuda contiene muchos menos elementos genéticos móviles que el de otros mamíferos y esta característica la hace más resistente a los cambios negativos.
