Venezuela está en el centro de la más profunda crisis política que haya enfrentado el Mercado Común del Sur (Mercosur) en sus 25 años de existencia.
La crisis ha ido in crescendo desde agosto pasado, cuando Venezuela asumió la presidencia pro tempore del grupo, como le tocaba por regla, pero sin el acuerdo formal de sus socios, que hoy decidieron bloquearla y advirtieron de su posible suspensión si no cumple con requisitos de adhesión.
Pero ya hace tres semanas un editorial del diario brasileño Folha de Sao Paulo, el 25 de agosto, definía al Mercosur como una “entidad fantasma”, luego de que Argentina, Brasil y Uruguay declinaron reconocer la presidencia de Venezuela.
Uruguay, el cuarto país fundador del Mercosur y el único que parecía abierto a que el gobierno del presidente Nicolás Maduro desempeñara un puesto más simbólico que poderoso, fue el encargado de anunciar un ultimátum para que Venezuela cumpla con compromisos de admisión.
El gobierno de Maduro tiene hasta el primero de diciembre para cumplir con el Protocolo de Adhesión del Acervo Normativo y del Acuerdo de Alcance Parcial sobre Complementación Económica, que abordan el movimiento de mercancías y personas dentro del bloque, así como unas 300 reglas y más de 30 tratados internacionales a los que pertenece el Mercosur.
El comunicado firmado el martes por los cuatro países precisó que Venezuela no cumplió con la incorporación de “importantes acuerdos y normas del Mercosur” antes del pasado 12 de agosto, como debió hacerlo, y que ese plazo se extendía al 1 de diciembre.
Esa falta, apuntó el documento, impide que Venezuela ejerza la presidencia.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, rechazó las afirmaciones del grupo y denunció a la “Triple Alianza” (Argentina, Brasil y Paraguay), en tanto que Telesur, la cadena televisora del Estado venezolano, se refería por su parte una conspiración contra Venezuela.
Tanto el presidente argentino, Mauricio Macri, como el paraguayo Horacio Cartes y el brasileño Michel Temer han estado enfocados en violar la legalidad del Mercosur y aislar a Venezuela, desde la supuesta falta de respeto a la cláusula democrática del organismo para desconocer la presidencia pro tempore de Caracas”, indicó la cadena.
A pesar de que tenía plazo hasta el pasado 12 de agosto, Venezuela aún no ha incorporado a su ordenamiento jurídico “importantes acuerdos y normas del Mercosur”, lo cual impide que ejerza la presidencia e incluso pone en duda su continuidad en el bloque.
La confrontación venía en desarrollo desde principios de año, cuando los gobiernos esencialmente aliados de Venezuela, el de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil y de José Mojica en Uruguay, terminaron sus mandatos o, en el caso brasileño, se vieron en problemas políticos internos.