Tegucigalpa. Un grupo de diez voluntarios del Programa de Voluntarios Jóvenes (JOCV) de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), finalizó su misión de voluntariado en el país, quienes permanecieron por dos años aportando sus conocimientos e intercambio cultural en cada uno de los lugares asignados durante su labor en el interior del territorio nacional.
Los voluntarios japoneses antes de partir hacia Japón, rindieron su informe final a las autoridades de la Embajada del Japón y JICA sobre las experiencias adquiridas durante el desarrollo de sus actividades y sugerencias de cómo superar las limitaciones detectadas en las entidades donde prestaron servicios.
Desde hace dos años arribó al país este grupo de voluntarios para trabajar en el área de desarrollo comunitario, educación, salud y atención para personas con discapacidad, en los departamentos de Intibucá, La Paz, Francisco Morazán y Valle.
El Programa de Voluntarios es un esquema de colaboración que se realiza en forma directa y humana, de persona a persona, JICA reitera su disposición de continuar con la estrecha relación de amistad, intercambiar estilos de vida, cultura y conocimientos; al trabajar de la mano para construir colectivamente un mundo mejor para todos.
Durante la presentación del reporte final, los voluntarios asignados en el área de educación primaria, explicaron la importancia de preparar la clase de matemáticas antes de impartirla a los alumnos, programación anual, plan de pizarra, tarea diaria, chequear las tablas de multiplicación, análisis de prueba general de la clase y capacitaciones.
Asimismo, los voluntarios realizaron clase demostrativa con los docentes hondureños para transmitir metodologías, técnicas y conocimientos para mejorar la clase. Además, realizaron reuniones con los padres de familia sobre cómo pueden ayudar a sus hijos en su casa y acerca de que útiles escolares deben de llevar a la escuela.
Los especialistas en control y prevención de enfermedades infecciosas informaron que trabajaron en la prevención de las enfermedades de dengue, chikungunya y zika. También, impartieron charlas educativas para hacer conciencia de la importancia del cuidado del medio ambiente en la escuela, hogares y la comunidad.
Por su parte, los voluntarios que trabajaron en desarrollo comunitario, indicaron que el objetivo de sus actividades es mejorar los niveles de vida de los ciudadanos, a través de la generación de dinero “KAIZEN” o mejoramiento de la productividad, apoyaron a las Micro Empresas y capacitaron a las familias con el fin de mejorar la economía familiar de hogares de bajos recursos económicos.
En el área de salud, el voluntario especialista en fisioterapia señaló que en los centros de rehabilitación ha mejorado la técnica de cada uno de los voluntarios locales, los participantes y sus familias aprendieron a realizar rehabilitación en casa y los niños están integrados en sus centros escolares. El voluntario asignado en la Escuela para ciegos CAIPAC, realizó técnicas de masaje, denominada “Shiatsu” y también impartió la clase de acupuntura.
En Japón, el 20 de abril de 1965 inició el Programa de Voluntarios Japoneses para la Cooperación en Ultramar. El primer grupo que partió de tierras niponas fue conformado por 26 voluntarios con destino a las naciones en desarrollo del Asia; con el paso de los años, el programa fue creciendo y brindando asistencia a diversos países. Al mes de marzo del 2017, se han recibido 1,392 voluntarios en tierras hondureñas.