viernes, noviembre 22, 2024

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Vuelos a Cuba, desafío único para aerolíneas de EEUU

Galo Beltrán prueba en la pista un escáner de maletas. Cada vez que el aparato manual registra bien un código de barras, sonríe. En todo el mundo se usan escaners como ese, pero Beltrán no sabe si funcionará con las redes cubanas para celulares.

La prueba salió bien. Sin embargo, quedan numerosos retos similares para las aerolíneas estadounidenses que se preparan para reanudar los vuelos regulares a Cuba por primera vez en cinco décadas. Por ejemplo, cobrar las tarifas por el equipaje en un país donde la mayoría de las tarjetas de crédito estadounidenses no funcionan. Las soluciones tienen que llegar rápido, pues las aerolíneas deben comenzar sus vuelos no más de tres meses después de que el gobierno estadounidense les aprobó las rutas.

La Associated Press tuvo acceso exclusivo a las negociaciones, participando en los encuentros que ejecutivos de American Airlines tuvieron con funcionarios cubanos en la isla. “Tenemos un buen plan”, dijo Beltrán, ejecutivo de larga trayectoria en American que supervisa el ingreso de la aerolínea al mercado cubano. “En medio de tantos desafíos, hemos encontrado soluciones”.

Considere el escáner de equipaje. Si bien algunos teléfonos celulares funcionan en Cuba, la tarjeta SIM estadounidense del escáner no se conecta. La aerolínea solucionó el asunto adquiriendo tarjetas SIM de otras naciones.

El Departamento de Transporte de Estados Unidos le concedió el viernes a American y otras cinco aerolíneas permisos para viajar a nueve ciudades de Cuba. Normalmente las aerolíneas se toman un año para preparar si ingreso a un nuevo mercado. Pero en este caso los vuelos deben comenzar en un plazo no mayor de tres meses a partir de la fecha en que recibieron los permisos.

Se espera que en las próximas semanas el gobierno asigne la ruta más codiciada, a La Habana.

Las aerolíneas tratan de ver cómo hacer para ofrecer los mismos servicios que suministran en los Estados Unidos. La terminal usada actualmente para los vuelos de la isla a Estados Unidos es muy diminuta y no tiene capacidad suficiente para recibir el equipaje. Los trabajadores son empleados estatales y las empresas estadounidenses se preguntan si son gente que puede llegar a rendir lo que se espera de ellos mediante capacitación en el uso de sus programas de computadora y cursos sobre su forma de hacer las cosas.

Andrew Watterson, ejecutivo de Southwest Airlines, dijo que las aerolíneas estadounidenses encaran retos únicos por las regulaciones vigentes en Cuba y Estados Unidos y que el plazo de 90 días para iniciar las operaciones “genera muchas presiones”. “El plazo no alcanza para acomodar todas estas complicaciones adicionales”, expresó Watterson.

Delegaciones de American y de JetBlue Airways han visitado ya Cuba. La semana que viene está programada la llegada de America, la principal organización que vela por los intereses de las aerolíneas.

Todos los vuelos que se realizan actualmente entre las dos naciones son “chárter”, o alquilados, muchos de ellos operados por las aerolíneas que ahora gestionan permisos para ofrecer vuelos regulares. American encabeza la lista, con 1.084 vuelos chárter realizados el año pasado. Le sigue JetBlue con 221.

Cuando realizan vuelos chárter alquilados por otros, las aerolíneas no deben preocuparse de vender pasajes, lidiar con temas cambiarios y otros asuntos logísticos. Pero todo eso pasa a ser responsabilidad de la aerolínea al comenzar a operar servicios regulares.

Los vuelos chárter dejaron valiosas enseñanzas.

Américan y JetBlue, sin ir más lejos, envían sus propios mecánicos pues el personal cubano de mantenimiento de aviones no ha sido aprobado por la Administración Federal de la Aviación estadounidense.

De todos modos, hay muchas incertidumbres. La velocidad de la internet en los aeropuertos debe ser de al menos 256 kilobytes por segundo, muy lenta, pero teóricamente suficiente para manejar los chek-ins.

Los vuelos, por otro lado, llevan cargamentos inusuales a Cuba. Los bloques del motor, según descubrió JetBlue, pueden ser transportados solo si nunca recibieron aceites o combustibles inflamables.

Las aerolíneas comprueban asimismo que requieren nomenclaturas particulares. Para las visas, por ejemplo. El gobierno cubano exige que todo visitante de los Estados Unidos tenga una “visa turística”. El gobierno estadounidense, sin embargo, no permite el turismo a Cuba. Los visitantes estadounidenses deben ir por razones profesionales o ser parte de un intercambio cultural. Las aerolíneas tratan de evitar verse involucradas en asuntos políticos y están hablando de “visas de visitante”.

“Con Cuba, no podemos hacer lo que hicieron las otras aerolíneas de Estados Unidos”, afirmó Scott Laurence, vicepresidente senior de JetBlue. “Sabemos que hay que estar listo para cosas inesperadas”.

La mayoría de los estadounidenses todavía no pueden visitar Cuba legalmente. Pero el gobierno estadounidense ha suavizado algunas de las restricciones y despejado el camino para el contacto personal entre cubanos y estadounidenses, mayormente a través de “intercambios culturales” sobre los que hay poca supervisión.

Las aerolíneas, no obstante, deben registrar y guardar en archivos las razones de viaje de cada persona por cinco años. Por ello, se modificó el sistema de reservas, que permite ahora a cada pasajero seleccionar una de diez categorías autorizadas. Estas categorías incluyen visitas familiares, negocios y actividades educativas o religiosas.

Cuba, donde se están sucediendo reformas que la van sacando de su aislamiento, registró el año pasado un incremento del 18% en la cantidad de pasajeros que llegaron del exterior, comparado con el 2014.

Actualmente hay 46 aerolíneas con vuelos comerciales a Cuba.

Las autoridades cubanas dicen estar preparadas para recibir más vuelos, pero hay quienes piensan que eso no es así, sobre todo en el aeropuerto de La Habana.

Los vuelos chárter de Estados Unidos llegan a la Terminal 2, donde los pasajeros deben bajar de los aviones en escaleras y tomar autobuses que los llevan hasta el edificio. La Terminal 3 tiene ocho mangas que son usadas por otras aerolíneas extranjeras.

El check-in de los vuelos a Estados Unidos se realiza mediante una larga cola y el mismo personal cubano trabaja en todos los vuelos, sin importar la aerolínea. Las empresas estadounidenses querrían usar su propio personal.

En todos los sitios a los que fue Beltrán la semana pasada, les recordó a los funcionarios cubanos que American “cumplió su compromiso de servir a Cuba durante 25 años ininterrumpidamente”. Y agregó que le gustaría poder usar la terminal más moderna.

“Veremos”, respondió Mayda Molina Martínez, funcionaria del gobierno cubano a cargo de las relaciones con las aerolíneas estadounidenses. “Siempre habrá alguien que no está contento”

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